martes, 26 de noviembre de 2013

Comete un viaje.

Cuando entramos al bondi entramos sin saberlo a otro código postal. Otro suelo, otro mundo, con reglas parecidas pero diferentes. Un pequeño país que podemos dividir en provincias más pequeñas, cada una con su propia fiesta patronal. Sabemos por ejemplo que si el colectivo va lleno en su capacidad"normal" y nos ubicamos al frente, es más fácil que un gato cante afinado y con sentimiento puro una chacarera a que nos sentemos durante el viaje. Mitad por que ya están ocupados con eternas "doñitas" y compadres de dudosa ancianidad y mitad por que tenemos implantado un chip con la directiva 1: si consigues sentarte, entrega el asiento a lo que sea- viejo,vieja,mina , mina con hijos, tipo que renguea, mujer de edad media con muchas bolsas, minita linda que nos ignorará, perro, lagarto etc. Somos unos caballeros. Lo hacemos con la idea romántica de que a quien le demos el lugar nos va a componer para nuestro cumple alguna quintilla erótica resaltando nuestros valores. Lejos de eso las personas agraciadas con nuestro lugar al que lo entregamos calentito ni nos miran!! ponen cara de : no te daré las gracias campesino!, este asiento es propiedad de mi feudo!. Entonces lo/la miramos de reojo...y de reojo nos miran, y se producen un montón de miroteadas y cosas que no llegarán a ningún puerto, pues somos muy caballeros para decir algo, y ellos creen no haber cometido falta alguna. Nos mudamos. Nos movemos al centro de la unidad donde quizás tengamos una chance de entronarnos en un asiento ocupado por algún adolescente en etapa escolar que puede bajar en cualquier momento, porque escuelas hay en todas partes! mirámos la hora para calcular imaginariamente a que hora ingresa el menor al colegio. Este camino es peligroso y está lleno arrebatadores de asiento, prestos a la villanía de ejercer su oficio. Es aquí donde se prueba el varón si ha tenido mundo o no. Elegimos uno de los escolares,lo encapsulamos entre nuestros brazos haciendo la maniobra "puertita de oro" que consiste en seguir agarrado al asiento del frente del menor que se va parando soltando pausadamente la mano que está agarrada al asiento trasero y hacer salir al individuo mientras cadereamos rumbo al asiento como Ester Williams. Momento glorioso donde nuestro cuerpo entero grita: abran cancha señores!, este culo ya se sentó. En el caso de no conseguir asiento al medio de la unidad tomaremos nuestras pertenencias y es hora de peregrinar al infierno : La parte de atrás.Este lugar esta lleno de gentes que jamás daría su asiento, de otro modo se sentarían adelante. Son seres capaces de dormirse en un segundo por evitar mirar siquiera a quien necesita el asiento. Adoptan un gesto de hielo que nos impide saber cuando bajaran los desgraciados, cuando lo hacen a veces es ya sobre la parada y no nos da tiempo para ponernos en posición de ataque quedando así presa de los coyotes. Otros personajes del sector trasero son: El señor que se agarra para viajar del parante que tiene el timbre de descenso y hace confundir a los que si bajan con la falsa promesa de que él tocará ese timbre, al que no tocará en realidad nunca, dándose cuenta uno tarde ya cuando busca con un cabeceo rápido la parada que ya se fue. Encima no lo podemos putear por que primero queremos (sabiendo que es imposible) que el tipo se de cuenta de su error entonces le preguntamos irónicamente: -BAJA? y el nos mira extasiado, como si recién se diera cuenta de lo que pasó y nos deja pasar, hasta eso ya bajamos tres paradas después...Muchos personajes moran en el colectivo, el asiento trasero es uno de ellos.Es el más ancho del bondi y solo atrae a mucha gente que sentada junta no entra cómoda. Posee a las mentes de los que se sentaron haciendo que crucen los brazos dejando menos lugar que antes y teniendo que adoptar la formación "diente de serrucho" (uno agachadito para adelante y el otro para atrás, así sucesivamente a lo largo del asiento) para poder viajar.Los centinelas de este lugar son por ejemplo los que tienen olor a contienda debajo de los brazos dispuestos en las ventanillas u corrientes de aire siempre colgados de la barra más alta.El desfile de personajes parece no tener fin dentro de ese monstruo que nos hace viajar en sus entrañas,espejo de lo que somos y del papel que interpretaremos cada uno. Bicho perverso que hace con encantamientos llamados "ventanillas" lo que ningún otro espanto es capaz de lograr.Nos hace pensar.

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