miércoles, 16 de abril de 2014

Donde la ponen los taxistas...

ADVERTENCIA: la siguiente historia puede estar llena de improperios comentarios soeces y situaciones corridas del eje, necesarias estas para dar mayor veracidad y profundidad al relato. dicho esto el relato comienza con una cita, que es una pregunta que al mismo tiempo es una queja: como culian los taxistas!!todos cuentan lo mismo vieron? tienen más aventuras sexuales que James Bond! y eso que el se dedicaba solo a la pistola!. Siempre que subo a un taxi subo callado, no hablo, y eso es lo que más los incita a contarnos sus extremos y recontra archi falsos encuentros con mujeres (que siempre están buenas) y siempre son las que le proponen hacer la bestia de doble espalda a ellos.Siempre estas señoritas los felicitan por lo bien que se portaron y siempre siempre les piden el numero de teléfono que ellos mienten o no dan(bravo galán! que poco corazón tenés, seguro que la mina quedó enamorada de tu "NO" cintura y falta de dientes, claro por que te hace más aerodinámico...). Es curioso que tengan la misma fantasía y que se concrete de la misma forma en su planito mental, quizás viene en un manual del taxista ahora que lo pienso. Hoy subí por primera vez a un taxi y el taxista comenzó su relato habitual diciendo: Te diste cuenta que los tacheros siempre cuentan que culian a "troche y moche?" son todas mentiras! - entonces lo miré y le dije:- en serio??? y el tipo continuó: sep, son cagadas, aqui cuando alguien sube,lo que quiere es irse a otra parte, te pagan y ala mierda.Y tenés que estar todo el día a veces para hacer unos mangos y generalmente no son para vos, no hay tiempo de andar poniendola! yo antes trabajaba en un tren sabe? no siempre fui tachero, y el tren me gustaba por esa cuestión de soledad que lo lleva a uno a que piense, y yo pensaba de todo...(yo como para demostrarle que estaba yendo linda la conversación le solté un leve:- ahá?... mire que lindo...).el tipo siguió contando con amor sus horas,días,meses, años de tren. Hablamos largo y tendido y yo lo estaba por felicitar con una estrechada de mano por ser el primer tachero evocativo nostálgico que conocía y quería decirle y pedirle el teléfono para futuros viajes llenos de anécdotas de tren cuando llegamos a destino. Aquí es señor-le dije- y e me miró y recordando su viejo tren me dijo:-sabes lo que extraño más de mis años en el tren? como culié!! como culié en ese tren! todos los días!se regalaban las minas!! culiaba y miraba fútbol! a usted le gusta el futbol? - Yo lo miré, le di justa la plata y le dije con un poquito de voz fina y entrecortada: - solo Batistuta... El tipo agarro la plata y sin mirarme arranco y se fue.

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